Seguidores

martes, 30 de agosto de 2011

Aquí estoy otra vez.

Y entonces pasa. Te cansas de lo que habías sido hasta ahora y decides coger ese tren sin un destino fijo. Y es que ya todo te da igual. Te has caído tantas veces que no te quedan obstáculos con los que tropezar, y si caes de nuevo, ya no duele. Odias a la niñata caprichosa que tanto tiempo has llevado dentro. Ahora toca vivir sin planear, sin pensar y sin poner la mano en el fuego por nadie. Toca dejarse llevar.