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domingo, 10 de abril de 2011

Somos la tinta de un libro que llega a un final.

Supongamos que esto es un tren, un tren con un destino fijo al que se llega por cualquier camino imaginable. Tú y solo tú eres el conductor, eso sí, te pueden ayudar a decidir los diferentes caminos, te pueden guiar, aunque esto no va a ser siempre positivo. Eres la única persona que no se puede bajar del tren, pero eso no quiere decir que no haya quien te acompañe durante todo el trayecto, esos serán la minoría. Y unos bajan, otros suben, a veces el tren estará lleno, otras no tanto. Y a veces las despedidas te harán daño, pero tienes que seguir concentrado en conducir el tren.
Otras veces te encontrarás con un frío insoportable, un sol cegador o una vía estropeada, pero eso se pasa.
Este tren tiene un gran defecto, no tiene marcha atrás y va demasiado rápido.




Mira la vida como vuelve y te sorprende :)


3 comentarios:

  1. ¡Hola! esta entrada es preciosa,a mi tambien me ha gustado mucho tu blog,te sigo :)
    Car

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  2. AME ESTA ENTRADA!
    esta frase me llego: Y a veces las despedidas te harán daño, pero tienes que seguir concentrado en conducir el tren.

    es muy cierto, por más de todooooo lo que nos suceda tenemos que seguir y seguir hasta el final.
    Besos linda, espero que nos leamos seguido!

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